I'm always fascinated by how Felix and I fell in love with music so differently, and how that has affected the way we listen. Felix started out as a musician at age 15. He worked through the summer of 1973 to buy his first pair of congas, and it was an instant love affair. I began as a rhythmic gymnast at around 7 years old. I'd dance for up to five hours every day. Weekends, too.
For Felix, it was all about listening to the instrumentation and learning to create those fantastic sound patterns. I, on the other hand, never listened to music with my ears. I listened with my body, and I still do. When I hear a song I love, I imagine dancing. I can't even count beats without moving my body. It's only recently that I've learnt to enjoy music that isn't "danceable."
But today's show is all about music you can — and should — dance to. Baila, menea, dale duro, rumbea, muevete.So many wonderful words in the Spanish language can be used to describe how we move to music, whether it's salsa, rumba, cumbia, electronica or plain old jumping around in a mosh pit.
I'm on vacation starting next week, and I'm sure Felix will fill you with some mellow, laid-back soundscapes. But until then, join us on the dance floor and let us know: What new music have you been shaking it to?
----------------------------------------------------------------------------
Dale Duro: 6 Canciones Para Mover El Esqueleto
Siempre me ha fascinado el hecho de que Felix y yo nos enamoramos de la música de formas tan distintas, y que hasta el día de hoy escuchamos las melodías y ritmos de forma muy diferente. Felix comenzó su relación con la música a los 15 años. Trabajó todo el verano de 1973 para comprarse su primer par de congas, y fue un amor instantáneo y duradero. Yo por otro lado, comencé como gimnasta rítmica a los 7. Bailaba hasta 5 o 6 horas diarias, todos los días, y los fines de semana también.
Para Felix, la experiencia musical era escuchar la instrumentación y comprender como imitar esos fantásticos patrones de sonido. Yo sin embargo, escuchaba la música en mi cuerpo en vez de en mis oídos. Es un hábito que aún conservo y cuando oigo una canción que me encanta, me imagino como moverme con su ritmo. Ni siquiera puedo contar tiempos sin mover mi cuerpo. Hace muy poco tiempo que estoy recién aprendiendo a apreciar la música que no es bailable.
Pero el show de esta semana se trata de música para bailar. Menear, rumbear, gozar.Tantas palabras que usamos en nuestro bello idioma español para describir como nos movemos al son de una buena canción. No importa si es salsa, rumba, cumbia, electrónica, o simplemente se trata de brincar descontroladamente al sonido anárquico del punk.
Las próximas dos semanas estaré de vacaciones y estoy segura de que Felix les tendrá preparado un show repleto de música tranquila y suave, bien a su estilo. Pero hasta que vuelva, les propongo que vengan a la pista de baile conmigo y me recomienden la música nueva que estén escuchando.
Copyright 2021 NPR. To see more, visit https://www.npr.org.